Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella. Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacia ella, soñaba con ella y le dirigía todos sus pensamientos. Pero sabía o creía saber, que una estrella no podría ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dio unos pasos hacia adelante y se lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella.

Herman Hesse ("Demian")

miércoles, 20 de agosto de 2014

¿Tienes experiencia?



La redacción que sigue fue escrita por un candidato en un proceso de selección de personal en la empresa Volkswagen; la persona fue aceptada y su texto hizo furor en Internet por su creatividad y sensibilidad. Definitivamente la experiencia es la capacidad de adaptarse a los cambios constantes. 


"Ya le hice cosquillas a mi hermana sólo para que dejara de llorar, ya me quemé jugando con una vela, ya hice un globo con chicle y se me pegó en toda la cara, ya hablé con el espejo, ya jugué a ser brujo. 
Ya quise ser astronauta, violinista, mago, cazador y trapecista, ya me escondí atrás de la cortina y dejé los pies afuera, ya corrí como loco para contestar el teléfono, ya estuve bajo la ducha hasta hacerme pipi. 
Ya robé un beso, confundí los sentimientos, tomé un camino errado y sigo andando en lo desconocido. Ya raspé el fondo de la olla donde se cocinó la crema, ya me corté al afeitarme muy apurado y lloré al escuchar determinada música en un lugar publico. 
Ya traté de olvidar a algunas personas y descubrí que son las más difíciles de olvidar.     
Ya subí a escondidas a la azotea para agarrar estrellas, ya subí a un árbol para robar fruta, ya me caí por una escalera. Ya hice juramentos eternos, escribí en el muro del colegio y lloré sentado solo en el piso del baño por algo que  me pasaba, ya hui de mi casa para siempre y volví al instante siguiente. 
Ya corrí para no dejar a alguien llorando, ya me quedé solo en medio de mil personas sintiendo la falta de una sola. Ya vi ponerse el sol y cambiar al rosado y al anaranjado, ya me tiré a la piscina y no quise salir más, ya tomé whisky hasta  sentir mis labios dormidos, ya miré la ciudad desde arriba y ni aún así encontré mi lugar. 
Ya sentí miedo de la oscuridad, ya temblé por los nervios, ya casi morí de amor y renací nuevamente para ver la sonrisa de alguien especial, ya desperté  en medio de la noche y sentí miedo de levantarme. 
Ya aposté a correr descalzo por la calle, grité de felicidad, robé rosas en un enorme jardín, ya me enamoré y creí que era para siempre, pero era un "para siempre" por la mitad. 
Ya me acosté sobre la grama hasta la madrugada y vi cambiar la luna  por el sol, ya lloré por ver amigos partir y luego descubrí que llegaron otros nuevos  y que la vida es un ir y venir permanente.  
Fueron tantas cosas que hice, tantos momentos fotografiados por la lente de la emoción y guardados en ese baúl llamado corazón.
Ahora un formulario me pregunta,........ me grita desde el papel: 
-¿Cuál es su experiencia?-
Esa pregunta hizo eco en mi cerebro....
Experiencia....Experiencia...
¿Será que cultivar sonrisas es experiencia?
Ahora me gustaría preguntarle al que redactó el formulario:
¿Experiencia?.....................Pero.........¿Quién la tiene, si a cada momento todo se renueva???

 


Walk of Life by Dire Straits on Grooveshark

3 comentarios:

carlos dijo...

Una contestación muy completa. ¿Al final no nos falta saber si le dieron el trabajo? Un beso.
Supongo que no, salvo que la labor fuese de viejo o de poeta.

Novicia Dalila dijo...

Carlos, al parecer sí le aceptaron. Lo pone en el párrafo inicial...
Viejo por qué?? Yo he tenido prácticamente todas las experiencias que él relata y soy una chavalina¡¡¡ :P Yo creo que sí, la edad aporta experiencias, pero la vida no es igual para todos y hay gente que con 30 años ha tenido infinidad de experiencias vitales y otros que con 70 no ha vivido más allá de su burbuja. No conoces gente de los dos "bandos"??

Besos

carlos dijo...

Tú eres una construcción vital que siempre estará más allá de la edad. Que uno se sabe viejo sin notarlo. Tienes razón, como siempre y en mi caso más, que la experiencia, la emoción y el riesgo se pueden tener con muy pocos años, incluso tan temprano, que a acabada la juventud, a los 25 según la O.M.S. ya se pueda estar harto de vivir aventuras y se construye uno una guarida protectora, para sí y para los suyos. Pero eso es otra historia que no viene a cuento relatar aquí. Un beso.